V.

Hace ya casi 4 años que me crucé en el camino de V. O ella se cruzó en el mío, o ambas nos cruzamos con un tercero. Hace 4 largos años la chica de delante me pidió pinturas para un mapa (que no le dejé, pues todo el mundo me pedía xDDD) y, poco después, se agachó a cogerme un lápiz.

Parece mentira, pero esos son nuestros inicios. En su momento le dimos poca importancia, pero ahora, cuando rememoras y piensas todo lo que ha dado de sí este tiempo, te pones nostálgica.

Aunque para nostálgica V. A finales de 2º ESO ya estaba preocupada por si no nos volvía a tocar juntas al año siguiente. Porque ese curso lo cambió todo. Nunca se lo he dicho, hagamos que sea nuestro pequeño secreto, blogueros… ella me dio la fuerza y la compañía que necesitaba para alejarme de ciertas personas que no hacían más que manipularme.

Si lo piensas, V es un puerto seguro. Yo he cambiado a lo largo de estos años, no sé si para bien o para mal. Pero los cambios son un hecho. He sufrido, me he enamorado, he reído, he destacado para luego hundirme hasta límites insospechados en varios aspectos de mi vida. ¿Y que pasa con V?
Ella ha estado ahí, en mayor o menor medida, pero siempre presente. Su puerta está abierta a las 10 de la mañana si me encuentra llorando en su portal, ha llegado a mentir por mí; su preocupación me enternece, pues a veces es aún mayor que la mía por mí misma.

V dice que tengo la manía de llevarle la contraria, bueno, a ella y al mundo entero. Por eso no siempre estamos compenetradas al cien por cien. Al igual que todos, hemos discutido, nos hemos enfadado en mayor o menor medida. Pero, al final… ¿Cómo no vamos a arreglarlo? Ella es V, leñes, y, aunque no siempre haya estado pendiente de ella, estoy segura de que sabe lo importante que es para mí.

[PD de la foto: Me autoobligo a poner este tipo de fotos medio desenfocadas porque es una de mis favoritas (aunque mi mano parezca un garfio). Y a callar >.<]

Siendo sincera, esto es algo que no digo a menudo. No me gusta poner todas las cartas sobre la mesa, ni estar siempre diciendo oh-cuanto-te-quiero a mis amigos. Soy de las que piensan que es mejor demostrarlo, todos sabemos que a las palabras se las lleva el viento.
Por eso, sé que el curso pasado le fallé, y con algo de reciprocidad. Esperaba más de mí, no sé si más comprensión o, simplemente más atención. Ambas estábamos pasando por situaciones difíciles, en mayor o menor medida según el cristal con el que lo mires. Pero lo que pasó pasó, y nadie va a cambiar ese tiempo que pasamos distanciadas, aunque ya está más que hablado. Esta entrada no pretende hacer que recuperemos el tiempo perdido, o que nos estanquemos allí. Esta entrada es, simplemente, un pequeño homenaje a lo que es y lo que fue, o a lo que somos.

Porque hoy V cumple 17 años.

V, la de la sonrisa perfecta, aunque le cueste un poco mostrarla. La de las trenzas y la voz dulce. La tímida, la que se calla sus problemas y me marea dando rodeos sin saber porqué. La que no se atreve a coger libros de mi estantería porque sabe que me encanta dárselos yo misma. La que toca Bring me to Life con el piano y trató de enseñarme. La que guardó mi rosa de abril.
V es la única a la que permito que me plagie el “cretino”, con la que comparto recuerdos tanto buenos como malos. V es con la que más me río, aunque sea de nosotras mismas.

V es una de las personas que mejor me conocen, sabe lo que significa una perdida al móvil, sabe interpretar mis silencios, aunque no siempre lo que digo entre líneas. V es mi compañera de fatigas: la del Botijo, las cebollas y los termos, “f-f-fustante”, “¿Pero es sólo acción?”, “Mira, V, un niño xD”. Palabras y frases como esas sólo cobran importancia cuando está ella conmigo.

Tengo muchas cosas que decir de ella, pero me he dejado la más importante:

~¡Felicidades!~
(Y es inevitable, pero siempre serás la mocosaenana aunque sólo te saque dos semanas. Ale, ya me he puesto bastante moñas en el resto de la entrada xD)

 

Mis oídos no perdían detalle de esa sinfonía prohibida e inexistente, de aquellos acordes elegantemente engarzados a mis recuerdos. Ciertos momentos que huían de mis manos, los que me brindaste cada vez que me mirabas, cada vez que un sutil pensamiento acababa muriendo en tus abrazos.

-Fragmento de mi relato Último Acorde [Mayo 2009]. Os podéis imaginar a quién fue dedicado ;)