No quiero dejarlo claro, sino cristalino (además de estar de vuelta sin ganas de hacer una crónica de Mallorca)

Buah, aún sigo medio grogui. Como ya sabréis, volví de Mallorca el viernes por la mañana, aunque estuve apagada-o-fuera-de-cobertura/sobando-como-si-nunca-hubiera-visto-una-cama tooodo el día xD

Ojalá el sábado (¿ayer, no? Tengo desajuste horario U.U) pudiera haber echo lo mismo, el día fue de mal en peor. Echaba de menos mi casa (mis padres están de vacaciones, y no me dejan quedarme a dormir en el chalet sola, por miedo a los ladrones o yo que sé) y, tras tragarme la retahíla de mis abuelos sobre eres-la-oveja-negra-de-la-familia-y-rezaré-para-que-vuelvas-a-la-senda-del-Señor y la de mi tía sobre la-juventud-actual-no-tiene-valores sólo quería tener un día tranquilo y sosegado, dando una vuelta con mis amigos y oyendo desde la calle los gritos del partido de España.

Si hubiera sido así, dudo que estuviera escribiendo esta entrada. Lo que empezó mal acabó peor.

Por una serie de circunstancias que alargarían mucho el tema, acabé con una discusión… la más seria que he tenido con G, uno de los chicos de mi grupo. Él ya estaba cabreado conmigo de un rato antes (no sé muy bien porqué, la verdad) así que me pinchó, me pinchó y, sin quererlo, empezó todo. El tema principal de la discusión era nuestros distintos puntos de vista sobre la relación que tienen unos compañeros nuestros de curso, llamémoslos a él F y  ella ME. Yo con F casi nunca he hablado, y ME es mi compañera de fatigas de clase de gimnasia. Yo les consideraba una pareja feliz y empalagosa, pero, en Mallorca, todos nos dimos cuenta de que no.
Os pongo es situación: a F le dan venadas agresivas, muy violentas cada vez q alguien le contradice o le hecha en cara algo. Pero tan fuera de sí que sus propios amigos, y la propia ME, le tienen MIEDO. Y no es algo que yo me invente, todos sus amigos me lo han confirmado. Aun así, no tendría porque fiarme de ellos, ni preocuparme, si yo misma no hubiera visto nada. PERO ES QUE LO VÍ, más bien lo oí. F y ME en una habitación del hotel, otros 8 o 9 en otra (entre ellos yo) haciendo el tonto y, de repente: gritos, golpes… A y CH fueron a ver que pasaba (mientras M me retenía diciendo q no me metiera) y volvieron con ME bastante alterada. Volvió a irse, y todos nos quedamos en silencio, ese silencio incómodo de sospecha. Y entonces A y MP nos contaron todo: MP, que es algo así como la mejor amiga de ME, ha hablado con ella y ME no quiere dejarle, aunque M está casi segura de que F la maltrata, porque éste es, además, muy posesivo. Y MP, A y el resto de sus amigos no quieren meterse más, pues es decisión de ME seguir con F o no. Y ella le tiene miedo, pero no quiere dejarle. No sé si por el miedo, o porque el quiere… eso ya ni idea.

¿Se entiende la situación, no? Yo quiero meterme. Quiero hablar con él, o con ella (porque no tenemos mucha relación, pero por intentarlo no creo que pierda nada) porque la situación puede acabar muy mal. Sus amigos no me dejan, pues dicen que yo n conozco a F y puedo acabar peor, y mis amigos dicen que ni hablar, que apenas les conozco y que es un tema que ni me va ni me viene. Y lo entiendo, y sé que es lo más sensato. ¡Pero no puedo quedarme de brazos cruzados!

Pues estábamos hablando de esto, cuando empezó la discusión. Empezó sobre el tema que os he contado, pues G me tilda de extremista y de exagerada sin razón, puesto que no tenemos ninguna prueba 100% fiable de que haya maltrato. Yo no se lo niego, pero en verdad creo que está pasando; si él es más feliz y tiene la conciencia tranquila pensado que todo son invenciones, adelante. Yo no estoy tratando de meter a nadie. Empezó así, y terminó cuando el me decía que no hay quien me entienda, que me burlo de todo el mundo, soy rara hasta decir basta y, entre líneas, que no me aguanta. Yo, a todo esto, respirando hondo (prefería pensar que estaba en un calentón), pues es mi amigo y no es plan de ponerse cruel (aunque el no pensaba así, por lo que se ve) aunque con las ganas me quedé.

Dicen que soy fuerte. Yo aún no lo sé. Sólo sé que he aguantado mucho estos últimos tiempos. He pasado cosas por las que nadie debería haber pasado, he hecho cosas de las que me arrepiento y se han cebado conmigo con bastante saña a lo largo de mi vida. Me he callado muchas cosas por respeto, y he sido cruel y arrasadora cuando no me quedaba más remedio. Soy romanticona, soy inocente, me preocupo con facilidad, entusiasta, a veces demasiado seria y a veces demasiado guasona. Siempre he sido la chica rara de clase, a la que no importaba dejar de lado. He sido la chica irónica y sarcástica con los que me han hecho daño, y dulce con los que se lo merecen. Estoy rota por dentro. No sé si soy fuerte, pero si sé que no soy mala persona.

He contado todo esto para que entendáis un poco cómo me sentía ayer, y para que entendáis el final de esta entrada. Tras la discusión, (que duró más de media hora y nadie nos interrumpió) G se fue a su casa cabreado, y M se quedó con él mientras R se venía conmigo.

Después de eso, acabé desahogándome con R, pues fue la gota que colmó el vaso. Le conté parte de todo lo que me ronda por la cabeza, le conté lo que me quita el sueño, el porqué de mis reacciones. Le conté que yo no me quejo de vicio, pero que ya estoy cansada de ser la cabeza de turco de todo el mundo. Le conté cosas que aquí no puedo contar, le conté hasta que me cortó el monólogo con un abrazo y casi me hizo llorar. Le conté hasta que se oyeron los gritos del gol de España a eso de las 10,05 y me volvió a abrazar, ahora acompañado de un “no me gustaría estar en tu lugar”. Sí, R, en ocasiones eres mi voz de la razón. Hay cosas a las que, por más que pasen los años, no te acostumbras del todo.

Y ese rato con él, solos los dos. Hablando de todo, de nada, del presente-pasado-futuro. Ese rato fue el mejor rato que he pasado con alguien en mucho tiempo. Esa conversación con él me calmó más que cualquier desfogue matando saqueadores del Fallout3, más que desconectando con cualquier libro o película.

Nunca, jamás, nadie se va a preocupar tanto por ti como tú mismo. Es algo que he aprendido a base de golpes. Pero las pocas personas que sacrifiquen su tiempo, su alegría y energía contigo, esas pocas personas que de verdad se preocupen por ti y no por quedar bien… A esas pocas personas no hay que dejarlas escapar.

Y esta gota que colma el vaso me ha hecho decidirme finalmente. No son buenos tiempos para la amabilidad, sinceridad ni confianza. No son buenos tiempos para volcarte en los demás, en un mundo que no te valora lo suficiente. La vida me está enseñando a ser anti-social y no pienso evitarlo. 
Por eso, he decidido modificar mi propia filosofía: seguiré sonriendo por todo y por nada, intentando disfrutar al máximo, ilusionándome por las pequeñas cosas de la vida. Intentaré guardar mi tristeza dentro, guardar mi cara de mustia para cuando sea absolutamente imprescindible. Ser fiel a los que me son fieles. He decidido pasar del mundo tanto como el mundo pasa de mí.
Al que le parezca bien esto y como soy, estupendo. Al que le parezca mal no me lo dirá a la cara (para variar) así que, con todo el cariño del mundo, que se joda.

No quería dejarlo claro, sino cristalino.

naylah©

PD: No sé que puedo hacer con el tema de F y ME. Intentaré enterarme de más. Es que joder, en estos momentos desearía tener Tuenti o que ME viviera en Miranda y no en Vitoria. Hay que joderse. Puede que, para algunos, esto contradiga parte de lo que acabo de expresar. Nada más lejos de la realidad. Hay cosas que no se pueden dejar pasar.